Jose López Photography

Este fin de semana pasado, he tenido el gusto de asistir a una exhibición aérea de la Fundación Infante de Orleans. Esta salida me hizo pensar, como avanza la tecnología sin darnos cuenta. Aviones históricos de hace 60 años, nada tienen que ver con los que vemos actualmente, o los dispositivos que utilizamos para capturar esas magníficas fotografías que guardan el recuerdo de los lugares que visitamos. Hoy en día no prestamos atención a que por ejemplo, llevamos literalmente un ordenador personal en nuestras manos.

Es una suerte ver estos aparatos funcionar, ver como los pilotos ayudados por los mecánicos, arrancan esos motores que llevan en algunos casos más de un siglo rugiendo después de haber pasado por mil y una circunstancias, algunas tan tortuosas como lo puede ser una guerra de las que han hecho historia en el ser humano, para llegar a nuestros días como auténticas piezas de museo y deleitarnos con un simple vuelo en formación o impresionantes acrobacias.

Los pilotos, otrora aplaudidos por las masas, considerados auténticos héroes, por sus acciones decisivas en muchas campañas bélicas o trayectos aéreos, hoy forman parte de unos denostados cuerpos del aire, de ejércitos criticados por muchos ciudadanos que luego les piden protección cuando llegada la hora pasan a ser daño colateral en un conflicto armado, o de aerolíneas que cada vez valoran menos las capacidades de estas personas para manejar las complicadas situaciones que pueden darse en cualquier trayecto con uno de estos titanes del cielo.

Una buena organización de la FIO con exposiciones de la historia de cada uno de los aparatos, y algunas que otras curiosidades, y un final de infarto con las acrobacias de Juan Velarde, un verdadero maestro del aire.

Desde aquí, mi agradecimiento a la Asociación Fotográfica de Toledo, por organizar esta visita a la exhibición, estas capturas que te dejo a continuación son el resultado de un día inolvidable en la exhibición de la FIO.